Pakistán ha dicho que lanzó una serie de ataques aéreos contra “escondites terroristas” en el sur de Irán, afirmando que la operación de “precisión” neutralizó a varios militantes. El ataque se produce después de que Teherán reconociera sus propios ataques contra otro grupo terrorista con base en Pakistán. Mientras tanto, funcionarios iraníes, citados por los medios locales, dijeron que las explosiones en la provincia de Sistán-o-Baluchistán habían matado a siete ciudadanos no iraníes, entre ellos tres mujeres y cuatro niños. Teherán también ha exigido una “explicación inmediata” de Pakistán sobre los ataques, informó la emisora iraní Press TV, citando una fuente informada no identificada. El ataque de Islamabad se produce después de que Irán se atribuyera la responsabilidad de los ataques con misiles y drones del martes contra el Baluchistán paquistaní, que, según dijo, tenían como objetivo el grupo terrorista Jaish al-Adli. En ese momento, el Ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, destacó que el ataque sólo había tenido como objetivo a “terroristas” iraníes y no a ciudadanos paquistaníes. La operación de Irán, sin embargo, enfureció a Pakistán, que retiró a su embajador en el país y advirtió a Teherán de “graves consecuencias”. Ambos ataques se producen en un momento de elevadas tensiones en Oriente Medio, alimentadas por el conflicto Hamás-Israel. A principios de esta semana, Irán también llevó a cabo ataques contra lo que describió como un “centro de espionaje” israelí en Irak –que aterrizó cerca del consulado de Estados Unidos–, así como contra terroristas del Estado Islámico (EI, anteriormente ISIS) en Siria. El bombardeo se produjo en respuesta a dos explosiones anteriores en Irán que cobraron la vida de decenas de personas, según Teherán.
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